viernes, 18 de septiembre de 2015

Trampa

La oferta era demasiado tentadora como para rechazarla. ¿Quieres ir a nadar?

Obviamente acepté.
Obviamente fue una mala idea.

Nadar de espalda a ti también te sienta demasiado bien.

Si una vez ya sobreviví al mismo naufragio, no debería ser diferente esta vez...
Pero se siente tan desastrosamente diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario