La oferta era demasiado tentadora como para rechazarla. ¿Quieres ir a nadar?
Obviamente acepté.
Obviamente fue una mala idea.
Nadar de espalda a ti también te sienta demasiado bien.
Si una vez ya sobreviví al mismo naufragio, no debería ser diferente esta vez...
Pero se siente tan desastrosamente diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario