Derechos...

Todos tenemos derecho a sentirnos raros un día. Tristes. Pensativos. Nostalgicos. Quizás el hecho de estar tanto tiempo en mi casa me da para pensar mucho...demasiado.

Pero en fin, no es nada que un poco de buena música, libros, poesía, lectura y conversaciones equis no puedan solucionar.

Si, al final del día, no queda nada más que sonreír y disfrutar de estos pequeños instantes de retraimiento que nos permiten analizar las cosas un poco más a fondo, y rescatar lo que verdaderamente es necesario para continuar. Y enfrentar el nuevo día con una sonrisa...

Cosas

El asunto es que todo está un poco enredado. ¿Un poco? Debería ser bastante.

Pero el asunto es que ya no importa. Ya da lo mismo. ¿Qué más da seguir dándole importancia a cosas que deberían haber dejado de tenerla hace ya mucho tiempo? (Qué gran oración)

Y sí, esto es más bien para aclararme yo; para convencerme de que tengo talento, aire, espíritu y vida...demasiadas cosas que no quiero seguir desperdiciando en pensamientos, ideas, sentimientos innecesarios. Me pueden tildar de lo que sea por lo que he hecho a lo largo de mi vida, o por cómo me expreso en este, mi blog; O por mis repentinos ataques de amor propio, que no son otra cosa que reafirmarme como persona, pero ya me da igual.

Creo que la vida sigue. Yo sigo. El mundo sigue girando. Y si las cosas se han enredado hasta el punto de ya no saber quien es quien o hacia donde va la cosa, bueno, así me tocó y no puedo hacer nada contra ello. (Casi escribo ellos)

Naah, solo queda vivir.