Y sucede que, una vez superada esa etapa de la vida en que sólo disfrutas con el frío y la lluvia y los días nublados (para qué tan Crepúsculo), te das cuenta de que esperas con ansias la primavera.
Sol, tranquilidad, calidez.
Y sí, de vez en cuando un poco de lluvia tampoco estaría mal.
O algo que pueda variar...
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